Pasión, energía, positivismo e ilusión. Estos son normalmente los términos que definen el estado de ánimo de un emprendedor en un estadio de planificación de un proyecto. Solemos ser especialistas en algunas cosas que os van a sonar:
– Vender la «superempresa» a tu círculo más cercano
– Poner el típico plazo de «un añito» para empezar a ganar dinero de verdad y estar en una posición confortable
– Hacer previsiones «realistas» para auto convencernos de la viabilidad del negocio (suelen ser unas previsiones más que optimistas un poco retocadas a la baja)
Hagas lo que hagas, no te vas a librar de la experiencia de pasar por «el día negro» del emprendedor, un día que va a sacudir todo y pondrá a prueba de verdad tu compromiso con el proyecto y capacidad de sacrificio.
CÓMO SOBREVIVIR AL «DÍA NEGRO» DE UN EMPRENDEDOR
En la mayoría de ocasiones, este día llega cuando un planteamiento importante de la empresa se derrumba cuando su buen funcionamiento lo tenías 100% interiorizado. Entonces, vuelves la mirada a un papel donde tienes escenificadas tus previsiones económicas y te das cuenta que con esa nueva información ese escenario ha dejado de tener sentido.
Llegados a este punto, en mi opinión tienes algunas alternativas a tener en cuenta antes que ponerte a lloriquear y lamentarte todo el tiempo por lo ocurrido:
1- Entender que estos días son parte del aprendizaje: cuando tus planteamientos se derrumban lo que estás haciendo en verdad es recoger información veraz y validando tu modelo de negocio. No significa que todo sea un desastre, simplemente que debes pivotar para acercarlo a lo que el mercado necesita.
2- Repasar brevemente algunos procesos: esto no es para torturarte sino para dejar la lección aprendida y comprender dónde estaban exactamente esos errores de planteamiento. Entender eso puede aliviar un poco el dolor 😉
3- Repetir en tu cabeza que no todos los días serán así: cuando estamos inmersos en un día realmente malo tendemos a generalizar y exagerar. Por estadística, el día de mañana no será como este. Puedes probar con algún vídeo que te levante el ánimo, yo cuando tengo un día realmente malo me pongo este:
4- Recordar tus motivaciones y aspiraciones: ¿recuerdas por qué empezaste? qué te motivaba? pues nada ha cambiado, de hecho, una vez tienes información validada en verdad estás más cerca de tus objetivos que antes.
5- Traza un plan de mínimos que te permita seguir investigando en la línea que estabas trabajando: asegúrate un mínimo de ingresos o actividad para poder seguir en el camino.
Lo más importante de todo es que no te detengas. Si te mantienes parado la situación quedará exactamente como la dejaste. Me sabe mal decepcionarte y no aportar grandes soluciones, o argumentos menos conocidos pero lo repito en este post porque a veces viene bien recordar que todo lo que necesitas para superar una situación complicada ya lo conoces y siempre está a tu alcance: una actitud firme que te permita seguir en pie y demostrarte a ti mismo que nada te apartará de tus objetivos.
Para terminar, aquí te dejo otro vídeo que ayude a motivarte y volver al camino 😉
¿Cómo lo haces para volver a motivarte después de un día realmente malo?
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