Últimamente, cuando termina tu jornada laboral, te acompaña hasta casa la sensación de no haber conseguido lo que te habías propuesto al comienzo del día. Para empezar, quitaremos hierro al asunto dejando claro que a todos nos ocurre. Si esta sensación te acompaña más tiempo de lo normal, es cuando deberías empezar a plantearte el motivo. Y es entonces cuando este artículo podría interesarte porque queremos compartir contigo algunos consejos. Por cierto, ¿sabías que el material de oficina también influye en tu productividad?
Índice del contenido
9:00 am – Planifica tu jornada
No es por lo que diga el refrán, pero madrugar, ayuda. Por eso, es uno de los primeros hábitos que se recomienda introducir en la rutina si se quiere aumentar el rendimiento laboral. A primera hora de la mañana, tienes la mente más despejada para decidir cuáles son tus retos y prepararte para ir a por ellos. Además, en las oficinas, siempre suele haber menos distracciones en esa franja de tiempo así que es ideal para empezar a concentrarte.
10:00 am – Primero, lo más complicado
Una vez ya sabes cuáles son las tareas del día, es el momento de resolverlas pero no todas a la vez, claro. Tampoco dejes lo más complejo para las últimas horas de la jornada porque estarás más agotado mentalmente. Seguro que eres más rápido y efectivo ahora, ¿verdad?
12:00 am – Respira
Planifica tu día dejando hueco para las pequeñas pausas en las que podrás salir a tomar el aire y mover un poco el cuerpo. Necesitas recuperar energía y volver con las pilas cargadas para seguir con el resto de la jornada. Eso sí, no abuses porque estas pausas acabarían siendo contraproducentes para ti.
15:00 am – Encuentra tu espacio
Van pasando las horas y tu mesa de trabajo está cada vez más desordenada. Antes de seguir con la segunda parte del día, una buena opción es poner un poco de calma. Por eso, los archivadores son tan importantes, porque te permiten mantener tus documentos organizados y controlados.
17:00am – Cambia la forma de pensar
A medida que se acerca la hora de salir de la oficina, un pensamiento te invade y, no solo eso, puede acabar perjudicando tu productividad. En vez de pensar “tengo demasiado trabajo y no voy a poder hacerlo todo” puedes decirte a ti mismo “ voy a organizarme el trabajo que queda para realizarlo según prioridades”. La negatividad, cuánto más lejos, mejor.
19:00 am – Último repaso
Antes de volver a casa, echa un vistazo a tu lugar de trabajo. ¿Echas de menos algo? Es momento de hacer una lista del material de oficina que necesitas. Así, el día siguiente, no echarás nada de menos los productos de papelería que más utilizas y podrás concentrarte enseguida.
Y es que el material de oficina sí influye en la productividad, como lo hace el diseño, los colores que pintan las paredes o los muebles elegidos, pero vamos a contarte el motivo.
¿Conoces la filosofía japonesa Kaizen?
La palabra Kaizen se traduce como “mejora continua”. Se trata de un cambio drástico o, todo lo contrario, pequeño, pero que se repita durante un tiempo y que resulta beneficioso.
Esta corriente nos dice que los espacios limpios, ordenados y coherentes son sinónimo de altos índices de productividad. Por lo tanto, necesitamos entornos en los que todo está organizado y bien clasificado, en los que el diseño es el adecuado y sobre todo, cómodo, y en los que recursos como la luz o el material de oficina no frenan la energía. Es de sentido común. Si estamos a gusto en nuestro lugar de trabajo porque tenemos todo lo que necesitamos, incluyendo el material de oficina, nos hará más ilusión afrontar una nueva jornada laboral.
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CEO de Marketers Group. Agencia de marketing digital especializada en servicios de SEO, Publicidad digital y Business Analytics. Director del portal Tiempodenegocios.com. Formador in-company para empresas como Bayer, Roche, Evercom, Claró Partners entre otras.