Tener más de un propietario en una startup puede traer múltiples beneficios, incluyendo la posibilidad de compartir responsabilidades, disminuir el capital requerido por cada accionista, la ampliación de redes de trabajo que pueden ayudar al emprendimiento en distintas formas, abrir el espectro de ideas para trazar los objetivos de la empresa, entre muchos otros.
No obstante, muchas veces el disponer de múltiples dueños puede llegar a ser un desafío para la toma de decisiones en la empresa cuando cada uno de los accionistas intenta imponer su forma de ver las cosas, generando una crisis organizacional que afecta a todos los integrantes de la compañía. Este tipo de conflictos tienden a ser bastante complicados en tanto cada copropietario no sólo se siente empoderado por poseer un determinado cargo, sino que dispone de la titularidad de una buena porción de las acciones de la empresa, generando que los empleados se vean confundidos sobre a quién hacerle caso –decidiendo si alinearse con su jefe funcional o si seguir las directrices de alguno de los copropietarios- y propulsando grandes conflictos en tanto cada accionista velará por sus intereses de una forma inadecuada.
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Consejos en toma de decisiones en startups con múltiples propietarios
Es por esto que para evitar que se genere un choque de fuerzas que impida el normal desenvolvimiento del proceso de toma de decisiones, puede ser útil seguir los siguientes consejos:
1.- Generar una distinción entre propiedad y cargos de toma de decisiones
Como se mencionó anteriormente, es común que un copropietario intente utilizar su poder para pasar por encima a las decisiones tomadas por la gerencia y dirección de la empresa, tratando de conducir a la organización hacia lo que considera más adecuado. Sin embargo, esto no sólo puede ser peligroso para la compañía en tanto toda la organización podría venirse abajo por una mala decisión de uno de los accionistas que podría, inclusive, ni siquiera tener la mayoría de las acciones de la empresa, sino que podría llegar a paralizar a la empresa ante la imposibilidad de trazar una ruta clara.
Para evitar este tipo de problemas debe generarse una clara distinción entre lo que es un accionista, y los cargos directivos y gerenciales de la empresa. Los intereses de los copropietarios deben quedar plasmados en la forma de una serie de objetivos que deben establecerse al liderazgo de la empresa, que deben revisarse con la frecuencia en que los propietarios consideren pertinente. Las decisiones deben ser tomadas por los cargos directivos de la empresa, pudiendo establecerse algunas situaciones puntuales que requieran la revisión, decisión y/o consentimiento por parte de los accionistas, tales como la adquisición de otra empresa, la revisión de la continuidad de plana directiva de la compañía ante resultados financieros pobres o la venta de la empresa.
Es común que muchas empresas de poco tamaño dispongan de propietarios que cumplan funciones de liderazgo dentro de la empresa. De ser este el caso, el cargo y funciones de estas personas deben quedar muy bien delimitados y su desempeño sujeto a una revisión similar a la del resto de los directivos-empleados.
2.- Aclarar los objetivos de cada copropietario
Las diferencias en las competencias y objetivos de cada accionista no son a priori un problema, inclusive pudiendo llegar a ser una fortaleza contar con una gran diversidad de opiniones que amplíen los horizontes para trazar los objetivos estratégicos de la empresa. Por ejemplo, algunos accionistas serán más propensos a querer que las utilidades sean repartidas a finales del ejercicio fiscal mientras que otros querrán ver a la empresa crecer reinvirtiendo esas utilidades en proyectos de expansión. Asimismo, algunos accionistas pueden tener mayor interés por un determinado proyecto que otros copropietarios, o puede haber diferencias con respecto a la tolerancia al riesgo ante distintas opciones de inversión.
En este orden de ideas, si no queda clara la posición de cada accionista es posible que su opinión no sea tomada en cuenta, inclusive sin una apropiada discusión, lo cual puede terminar impulsando a aquellos que se sientan ignorados a utilizar su influencia para tratar de interferir en la toma de decisiones y reconducirlas hacia donde consideran apropiado. La oportuna discusión de todos los puntos de vista hará que sea una decisión conjunta si impulsar o desechar una idea, ayudando a sobrellevar las diferencias de opiniones mediante votaciones y acuerdos. Puede que en algunas ocasiones las diferencias terminen siendo irreconciliables, pero al menos en este caso podrá discutirse algún acuerdo para una salida amistosa de la crisis, evitando generar un choque de opiniones que termine por destruir la empresa y perjudicar a todos sus miembros.
3.- Crear un esquema de comunicaciones efectivas
Una de las mejores formas de tener a los accionistas tranquilos es mantenerlos debidamente informados de los acontecimientos y datos relevantes. Más allá de la comunicación de aspectos obvios como la información financiera, los accionistas deben ser informados de factores importantes, incluyendo el desenvolvimiento de proyectos de interés para la compañía y negociaciones con grandes clientes o proveedores.
De esta forma, es posible que se mitigue buena parte de las intromisiones por parte de los propietarios, en tanto van a tener un panorama claro en los frentes de interés y dispondrán de información adecuada para determinar si se cumplen las condiciones necesarias para tener una reunión extraordinaria de accionistas para discutir un determinado tema.
Una clara separación de funciones, una total transparencia en los objetivos y un buen esquema de comunicaciones puede llegar a ser clave para evitar conflictos de intereses que terminen por entorpecer el proceso de toma de decisiones de las organizaciones.
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CEO de Marketers Group. Agencia de marketing digital especializada en servicios de SEO, Publicidad digital y Business Analytics. Director del portal Tiempodenegocios.com. Formador in-company para empresas como Bayer, Roche, Evercom, Claró Partners entre otras.