Hay muchas razones por las cuales muchas personas optan por un Mac a la hora de elegir un ordenador, desde el aprecio por sus estilizados diseños exteriores, pasando por sus pequeñas pero bastante útiles diferencias en su sistema operativo y cómo interactuamos con él, hasta el sólido desempeño de sus distintas aplicaciones para la edición de audio, vídeo y diseño gráfico.
No obstante, las incontables horas de uso no pasan sin dejar una mella en el rendimiento de nuestra Mac. Cuando la pelota de playa giratoria en nuestro cursor se convierte en algo familiar, hay algunas medidas que puedes tomar para recobrar algo de ese desempeño perdido de tu ordenador:
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Índice del contenido
Mantén actualizado el sistema operativo (OS X)
Las versiones nuevas de OS X usualmente contienen cambios que ayudan a mejorar sensiblemente el rendimiento de tu Mac. Mantener tu sistema operativo actualizado podría además mejorar el desempeño de algunas aplicaciones específicas.
Asimismo, estas actualizaciones tienen mejoras de seguridad que te ayudarán a prevenir pérdidas de información o que tu ordenador sea utilizado por hackers para algo que no debería hacer.
Revisa periódicamente en la solapa de “Actualizaciones” en el Mac App Store para verificar si hay alguna actualización disponible e intenta no posponer durante mucho tiempo las notificaciones de actualizaciones cuando estas estén listas para se instaladas. Las nuevas versiones de OS X son liberadas por Apple de forma gratuita, así que mantener tu sistema operativo actualizado es una medida sin costo que podría ayudarte a mejorar la velocidad de tu ordenador a la vez que te mantiene protegido ante amenazas de seguridad informática.
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Reduce la cantidad de aplicaciones que se abren al iniciar sesión
Si tu Mac es muy lenta cada vez que inicias sesión, el problema podría ser que muchas aplicaciones están configuradas para abrirse cada vez que inicias tu ordenador. Muchas veces esto ocurre porque las aplicaciones traen esa configuración por defecto y no porque necesariamente así lo hayas establecido.
En cualquier caso, para revisar y decidir qué programas quieres que se abran con el inicio de cada sesión, debes seguir los siguientes pasos:
- Ve a Preferencias de Sistema > Usuarios y Grupos y luego haz clic en la pestaña “Arranque” para ver qué aplicaciones están configuradas para abrir cada vez que inicias tu Mac.
- Selecciona aquellas aplicaciones que no quieres que abran con cada inicio de sesión y haz clic en el botón con el signo menos en la parte de abajo del menú de aplicaciones.
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Desinstala aplicaciones que ya no utilices
Da un vistazo a las carpetas de Aplicaciones y Descargas en busca de aplicaciones que decididamente ya no utilices o de aquellas que no recuerdes. Este último grupo de apps posiblemente no te sean familiares porque no las utilizas con frecuencia y muy posiblemente no las necesites. Para borrar las aplicaciones, simplemente arrástralos a la papelera de reciclaje.
Toma en cuenta que hay muchas veces las aplicaciones crean ficheros que no son borrados cuando simplemente arrastras la aplicación a la papelera de reciclaje. Dado que el Mac OS X no trae un programa nativo para desinstalar aplicaciones, deberás valerte de apps que consigas en el Mac App Store o tendrás que localizar manualmente estas carpetas y archivos residuales para deshacerte también de ellos.
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Revisa qué aplicaciones consumen la mayor cantidad de recursos
Cada vez que tu ordenador se ralentice abruptamente durante el pico de tus horas de trabajo, abre el Monitor de Actividad a fin de verificar cuál es esa app que está drenando los recursos de tu CPU. Si bien los valores fluctúan, esto te dará una idea de qué programas pueden estar llevando a tu ordenador hasta ese ritmo incompatible con la velocidad de tu trabajo. Una vez que efectúes esto, quizás puedas decidir cerrar algunas aplicaciones que no son necesarias para lo que estás haciendo y reabrirlas en un momento en que estés haciendo un uso menos intensivo.
Asimismo, podrás decidir utilizar una aplicación alternativa para hacer la misma tarea. Por ejemplo, algunos navegadores consumen más recursos que otros, y quizás luego de un análisis puedas decidir utilizar el que consume menos recursos, aunque no sea tu primera elección. Muchas veces podrás descubrir que los mayores consumos provienen de las aplicaciones que menos lo sospechas.
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Elimina archivos que no utilices
Si ya tuviste el valor de prescindir de una aplicación, borrar algunos archivos será algo que puedas hacer con menos remordimientos. Obviamente conviene buscar inicialmente archivos grandes de los cuales puedas prescindir, dado que con pocos de ellos podrás hacer una diferencia. No obstante, cuando de nuestro disco duro se trata, cualquier MB cuenta.
Para aquellos archivos que utilizas poco, pero que necesariamente debes conservar, considera almacenarlos en unidades externas o en la nube.
Antes de proceder a hacer algún cambio, te recomendamos hacer un respaldo de tus datos a fin de que puedas revertir cualquier cambio indeseado. En las Macs, esta es una tarea que puedes hacer de forma sencilla conectando un disco externo y corriendo Time Machine.
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