¿Alguna vez has tenido dudas de ti mismo, a pesar de que todo el mundo alrededor de ti piensa que podrías hacer el trabajo? ¿O alguna vez te has sentido dudas, pero no había nadie en quien confiar porque se esperaba que supieras lo que estás haciendo? Seguramente no se lo podías decir a nadie, porque perderías el respeto.
Veámoslo con un ejemplo:
Héctor, un presidente de 50 años de una pequeña empresa de fabricación se ha sentido de esta manera durante años. Aunque es dueño de la compañía, él lucha con «lo que sigue» y cómo hacer crecer la organización.
Ciertamente, no puede compartir estos temores con sus empleados. Después de todo, pueden dudar o cuestionar su liderazgo.
Sintiendo que siempre necesita tener las respuestas correctas, Héctor puede a veces sentirse como un impostor, poniendo una cara valiente, a pesar de su estrés subyacente y la ansiedad.
Hasta aquí, todo suena muy familiar. Siempre que se detenta algún tipo de poder, o algún tipo de reto nuevo es muy fácil dudar y no decir nada por temor a perder la autoridad o el poder.
Sin embargo, la historia continúa así:
Después de agotarse, Héctor se dio cuenta de que los buenos líderes no siempre saben las respuestas, pero buscan encontrarlas. Está bien que diga: «No lo sé, pero ¿cómo lo averiguaremos?»
Muchos propietarios de negocios experimentan el mismo tipo de miedos que Héctor. La duda de en sí mismo, o una sensación de inadecuación, e incluso la auto-charla, son indicativos del síndrome del impostor. Es un estado de ánimo donde, dentro de un determinado papel o situación, disminuimos nuestro valor y comenzamos a cuestionar nuestras cualificaciones y capacidad para tener éxito.
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3 formas de superar la inseguridad
Cuando la duda sobre ti mismo toque a la puerta, es mejor ponerse al pie del problema y llevar a cabo cualquiera, o todas, de las siguientes estrategias:
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Define qué valores vives
Una de las maneras más fundamentales para superar el miedo o la parálisis es llevar de forma consistente tus valores. Comienza a pensar en tus valores en términos más prácticos, y puedes comenzar a ver una perspectiva más realista de cualquier situación dada.
Los valores te ayudan a comprender las fuerzas motrices de tus pensamientos, emociones y acciones. Cuando te conduces con valores, estarás más preparado para responder a situaciones con más confianza y claridad.
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Documenta tu punto de vista de liderazgo
En segundo lugar, aumenta tu autoconciencia capturando tu punto de vista de liderazgo. Dedica tiempo a pensar en los líderes que te han moldeado de una manera positiva.
¿Cómo ayudaron a dar forma a su punto de vista sobre el liderazgo? Esto puede ayudarte a saber más acerca de tus propias creencias y expectativas sobre liderazgo.
El trabajo no ha terminado cuando has documentado tu punto de vista de liderazgo. Compártelo con tus colegas para que puedan entender mejor lo auténtico que eres y lo que pueden esperar de tu verdadero yo. Considera la posibilidad de compartirlo incluso cuando se incorporan nuevas personas a tu equipo, de esta forma todo el mundo sabrá a qué circunstancias atenerse contigo y te permitirá sentirte a ti más seguro sobre tu proceder.
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Se vulnerable
Puedes ser más propenso a sentirte como un impostor cuando repetidamente te encuentras resistente a decirle a otros, «No sé», o cuando evitas pedir ayuda a otros.
Este tipo de actitudes te hace dudar de ti mismo y sentir que no das la talla para el reto que tienes en frente. Este enfoque no es nada positivo, porque lo que hace es generar más inseguridad. Estas actitudes basadas en el miedo a dirigir es a menudo visible para los que te rodean. Admite que no sabes o estás aprendiendo, y tu gente te respetará igual.
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CEO de Marketers Group. Agencia de marketing digital especializada en servicios de SEO, Publicidad digital y Business Analytics. Director del portal Tiempodenegocios.com. Formador in-company para empresas como Bayer, Roche, Evercom, Claró Partners entre otras.