La piratería es un problema endémico de la web y, aunque usualmente se utiliza el término “pirata informático” para definir a aquellos hackers que acceden a sistemas ajenos para apropiárselos u obtener información contenida en ellos, esto incluye otro gran conjunto de actividades ilícitas. En este sentido, el pirateo de contenidos -incluyendo películas, libros y música- caen también dentro de esta categoría y sus consecuencias pueden ser tanto o más destructivas que las acciones del hacker, en tanto drenan millones de euros en ingresos a industrias enteras, eliminando incentivos para la generación de obras artísticas y académicas.
La piratería de música en la web es un problema que lleva mucho tiempo afectando a la industria discográfica. Más aún, las formas de obtener música de forma ilícita han ido cambiando, adaptándose a los cambios tecnológicos introducidos y a las necesidades de los individuos.
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El pirateo de música como un fenómeno etario
Aunque decir que el mayor grupo de los que se dedican a la piratería son hombres jóvenes pueda parecer que hace referencia a aquella época en que bandidos en barcos surcaban los mares, lo cierto es que es también una realidad en el mundo de la piratería de contenido musical.
De acuerdo con el estudio “Music Consumer Insight” elaborado Ipsos Connect para la Federación Internacional de la Industria Discográfica, un 40% del total de los varones que consumen música a través de Internet, lo hacen a través de medio ilícitos, en comparación con el 30% de sus contrapartes femeninos.
No obstante, uno de los factores demográficos más determinantes en cuanto a la incidencia de la piratería es la edad. En este sentido, de acuerdo con el referido estudio, mientras más jóvenes son los individuos, mayor es su propensión a hacer pirateo de contenido musical. Así, el grupo etario compuesto por individuos de entre 55 y 64 años de edad sólo consumió música ilegalmente en un 17% del total de los consumidores de este tipo de contenido en los últimos seis meses, mientras que en el grupo inmediatamente más joven (45 a 54 años) un 24% de los escuchas de música, lo hicieron mediante pirateo. Esta tendencia se pronuncia en la medida en que se desciende en los grupos etarios de 35 a 44 años, 25 a 34 años y 16 a 24 años, en donde los porcentajes de consumo de contenido musical pirata van en incremento con 30%, 46% y 55%, respectivamente.
¿Cómo ocurre el pirateo de música actualmente?
A pesar que la descarga ilícita de música por medios “tradicionales” sigue siendo un gran problema, atrás parecen haber quedado los días en que los portales web dedicados a albergar contenido pirata, u otros medios como aplicaciones para el intercambio de archivos entre pares (p2p), reinaban en el mundo de la piratería de música. En este sentido, este sitial lo ocupa ahora el stream ripping, o copia de contenido desde portales de streaming de contenido.
El stream ripping es hoy por hoy la forma de piratería de música de mayor crecimiento, que es utilizado por 3 de cada 10 usuarios que consumen música en internet. Este tipo de copia de contenido es la utilizada por casi la mitad del grupo etario de 16 a 24 años de edad, en donde el pirateo está más extendido.
¿Qué puede hacerse para luchar contra la piratería de música?
Para cualquiera dentro de la industria de la música, evitar que su contenido sea pirateado, es vital. Aunque la legislación de cada país brinde alguna medida de protección en contra de este tipo de piratería, lo cierto es que detectar cuándo y quién está cometiendo piratería, y además tomar las acciones administrativas necesarias para detenerle u obtener algún beneficio no sólo son complejas, sino costosas.
Sin embargo, no todo está perdido en esta lucha. Aunque la piratería tome espacios y cambie en sus formas, tratar de adaptarse a las exigencias de los consumidores en una gran medida puede contribuir a obtener una mejor idea de cómo ofrecer el contenido y a identificar mejor las opciones de monetización disponibles.
De acuerdo con datos de la Federación Internacional de la Industria Discográfica (o IFPI, por sus siglas en inglés), la venta de música a través de medios físicos como CDs, ha cedido terreno ante los medios digitales y los servicios de streaming.
De los 15,7 millardos de dólares estadounidenses generados como ingresos para la industria de la música grabada en todo el mundo en 2016, unos 7,8 millardos fueron provinieron de la descarga digital, mientras que 2,2 millardos ingresaron por la vía de los servicios de streaming.
De toda esta información, pueden extraerse algunos consejos básicos para todo artista o persona relacionada con la industria de la música:
1.- El streaming es la tendencia
Es claro que las ventas de música a través de medios físicos viene en caída, donde para 2016 cayeron en un 7,6% con respecto al año anterior. No obstante, la descarga de contenido digital también ha caído -y de forma estrepitosa- en un 20,5% para el mismo periodo. En 2016 el streaming dio señales claras de que será el motor de crecimiento de la industria, donde sus ventas crecieron en un 60,5% con respecto al año anterior. Esto coloca en evidencia que la piratería va totalmente de la mano con los medios que son más utilizados por los usuarios, en tanto el stream ripping piratea directamente sobre el medio que poco a poco se torna más popular para consumir contenido musical. Posicionarse y promocionar el consumo de contenido a través del streaming es una forma de intentar colocarse donde está el usuario, mucho más cuando este tipo de servicios es valorado por su facilidad de uso y vasta cantidad de contenido disponible. Más aún, el streaming tiene gran aceptación en los grupos etarios más propensos a caer en la piratería, donde un 32% de los usuarios de entre 16 y 24 años pagan por servicios premium de streaming.
2.- YouTube es casi un sinónimo de música
Del más de un millardo de usuarios que tiene YouTube en todo el mundo, el IFPI estima que un 82% accede a esta plataforma para escuchar música. Más aún, esta tendencia está también estrechamente relacionada con la edad, donde el grupo etario de entre 16 y 24 años de edad tiene un 93% de sus usuarios de esta plataforma recurriendo a la misma para consumir contenido musical. Las estrategias para monetizar en YouTube para quienes producen música no sólo se restringen a quienes generan vídeos que puedan ser subidos a la plataforma y donde pueda desplegarse publicidad, sino que también podrá reclamarse una fracción de los ingresos generados por vídeos que contengan canciones protegidas por derechos de autor. Abordar a los usuarios de esta plataforma debe convertirse en una prioridad para artistas y compañías discográficas.
3.- Apuntar hacia los adultos del mañana
Si bien la piratería parece estar estrechamente relacionada con la edad, dictando que entre más joven el individuo, mayor propensión a la piratería tendrá, lo cierto es que esta tendencia podría revertirse en las generaciones futuras, tan pronto como en los adolescentes de hoy. En este sentido, según el IFPI, las personas de entre 13 y 15 años de edad no sólo consideran en una proporción mayor a la de cualquiera de los grupos etarios mayores (con 67% de la población de este rango de edad) que los artistas deben ser remunerados por la reproducción de su música, sino que el 82% de ellos consume contenido musical a través de servicios pagos. Si es abordado apropiadamente, este grupo puede revertir la clara tendencia al pirateo de música.
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