Emprender y crear una nueva empresa se ha convertido en una salida laboral para muchos jóvenes y trabajadores españoles. Actualmente, el 10% de los españoles tiene la intención de emprender, mientras que un 96% ve oportunidades para crear una empresa o nuevas líneas de negocio, según el último informe del Observatorio del Emprendimiento en España (Red GEM España). Esto se debe a que emprender tiene connotaciones relacionadas con el éxito social y económico, además de la oportunidad de tener una mejor calidad de vida que nos puede proporcionar el hecho de montar una startup. Sin embargo, el ideal romántico del emprendedor está muy alejado de la realidad, debido a que solo el 5% de las startups españolas alcanza los cinco años de vida y un 15% no supera el año, según el Mapa del Emprendimiento que elabora anualmente Spain Startup-South Summit.
El riesgo y la incertidumbre son inherentes al emprender un negocio. Estos dos aspectos son importantes de la cultura startup. De hecho, Eric Ries define una startup como “una institución humana diseñada para crear un producto o servicio bajo condiciones de extrema incertidumbre”. A muchos no les sonará su nombre, pero Eric Ries es un conocido empresario estadounidense y autor del libro The Lean Startup (2011). Lean Startup es una metodología basada en las teorías de Lean Manufacturing de Toyota que facilita el desarrollo de negocios, productos y servicios de forma ágil, reduciendo el riesgo y las posibilidades de fracaso asociados a la puesta en marcha de cualquier idea de negocio.
La premisa de que las ideas de negocio tienen asociado una alta incertidumbre durante la fase de lanzamiento del producto o servicio al mercado hace que una startup no se pueda gestionar con los mismos métodos y estándares que utilizan las empresas consolidadas. Por este motivo, la metodología Lean Startup rediseña el proceso de crear una startup haciéndolo mucho más eficiente, y reduciendo el riesgo asociado al lanzamiento de cualquier servicio o producto al mercado. La mayoría de los emprendedores piensa que el éxito depende en gran medida de contar con una idea de negocio original y revolucionaria. Sin embargo, Eric Ries no se centra en la idea de negocio, sino cómo se trabaja, ya que el trabajo y la modificación de la idea de negocio aleja al emprendedor del fracaso.
La metodología Lean Startup se apoya en el ciclo de “crear – medir – aprender”. Al principio, cualquier emprendedor con una idea de negocio debe generar una propuesta de valor (la oferta que se hace a los clientes y que está compuesta de productos o servicios) y asumir que muchos de los elementos de esa idea empresarial pueden ser simplemente una hipótesis. Una vez definidas las hipótesis más arriesgadas asociadas a esa idea de negocio, el siguiente paso consiste en medirlas en el mercado de forma rápida y económica, siempre con el menor uso de recursos (dinero, tiempo, etc.) para minimizar riesgos. Esta experimentación a través de los clientes ayudará al emprendedor a conseguir una validación de la hipótesis o un aprendizaje a partir del fracaso de la misma. De esta forma, el feedback del mercado permite hacer los cambios necesarios en el producto o servicio para adaptarlo a la demanda.
Con el ciclo de “crear – medir – aprender”, que es el núcleo central de la metodología Lean Startup, el mercado siempre será el que guía a la empresa emergente. Al fin y al cabo, si se crea un negocio sobre una serie de hipótesis que no se han validado en el mercado, los cimientos de ese negocio serán débiles, por lo que el mínimo error en la idea de negocio se traducirá en un fracaso. De esta forma, el emprendedor sabrá cuándo es el mejor momento para hacer un giro drástico en su negocio o bien perseverar en su trayectoria inicial. La clave está en la habilidad del emprendedor en generar experimentos de forma ágil para medir la eficacia de los productos o servicios en el mercado y aprender de los experimentos reiterativamente y con el menor coste posible.
Al estar en contacto con el mercado de forma continua se reduce de forma drástica el riesgo asociado a la creación de una empresa. Por este motivo, la metodología Lean Startup es una de las más usadas por emprendedores en todo el mundo, tanto para startups tecnológicas como no tecnológicas. Un sistema fundamental para minimizar el riesgo y la inversión inicial, que además también establece una hoja de ruta para guiar al emprendedor desde el principio hasta construir un negocio sostenible. Todo ello permite a las empresas emergentes tener más oportunidades de triunfar sin necesidad de tener un gran presupuesto, un producto o servicio perfecto, e incluso planes de empresa muy elaborados, ya que el cliente es el elemento básico y fundamental en el desarrollo de cualquier producto o servicio.
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CEO de Marketers Group. Agencia de marketing digital especializada en servicios de SEO, Publicidad digital y Business Analytics. Director del portal Tiempodenegocios.com. Formador in-company para empresas como Bayer, Roche, Evercom, Claró Partners entre otras.