Hace tiempo que se están haciendo campañas con influencers y parece que el público es cada vez más desconfiado. Al ser una estrategia de comunicación nueva, se han cometido errores por parte de marcas, agencias, representantes e influencers. Esto ha provocado que crezca la desconfianza y solo algunas acciones tengan éxito.
Han comunicado con acierto aquellos influencers y marcas con identidades sólidas y bien alineadas entre ellas. Es decir, han acertado aquellas que no han intentado meter un gol al público o vender humo, sino que han escogido colaborar entre ambas partes de una manera honesta. Lógicamente, es importante la ejecución y el tipo de campaña que se diseñe, pero sin la base el resto no funciona. Es muy recomendable plantear una campaña que combine offline y online, que fomente la participación de los influencers y del público y, sobretodo, que ofrezca una experiencia original a ambas partes; aunque solo sea para aquellos que ganen un concurso o sorteo. Pero todo ello fomentando y respetando la esencia de las marcas implicadas. Al fin y al cabo, la experiencia parece indicar que el secreto de la comunicación con influencers es alinear armoniosamente una marca comercial y una marca personal. Así pues, cuanto más rica e interesante sea una personalidad más atraerá y más influenciará a los demás. Todo ello, permitirá que la marca tenga una postura clara en su manera de actuar y no haga simple postureo…
Como decía, las campañas con influencers no siempre funcionan y esto se debe a diversos factores que hemos visto. Desde hace unos meses hay un factor que está tomando importancia: el tamaño del influencer. Hay diversas maneras de clasificarlos según la cantidad de seguidores de sus redes sociales o el número de subscriptores de su canal de YouTube. Aunque no hay un consenso claro al respecto, se habla de microinfluencers a perfiles entre 2K y 100K, de macroinfluencers para usuarios que tengan entre 100K y 500K seguidores y megainfluencers para aquellos que tienen de 500K en adelante.
Se está observando que, con frecuencia, las campañas de pequeños influencers dan mejores resultados. Escoger a unos cuantos micro para una acción puede salir mucho más rentable y ser más exitoso que seleccionar un megainfluencer con 2 millones de seguidores/subscriptores. Esto se debe a que un micro suele ser más cercano a su público. Tiene un público pequeño pero muy afín. Pueden generar más empatía y confianza ya que es alguien más parecido a una persona de a pie. Otra ventaja es que interactúan más con su público. Tienen menos alcance, pero el engagement suele ser mejor y suponen un coste menor.
La dificultad está en encontrar y seleccionar los adecuados para una marca. Yo recomiendo colaborar con una agencia especializada o con representantes de influencers, ya que conocen el día a día de este mundo. Si ya trabajas en este ámbito o quieres buscarlos por tu cuenta te dejo unos consejos. Buscar perfiles en hashtags de tu territorio de marca, utilizar herramientas como Audiense, Klout, BuzzSumo, TapInfluence o, la más sencilla, buscar entre tus seguidores; que es más probable que sean afines a tu marca.
Nadie conoce la fecha de caducidad de esta estrategia de comunicación, por eso ahora es un buen momento para apostar por ella. Porque si se hace bien, funciona.
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Consultor de comunicación digital y estrategia de marca. Actualmente, trabaja en be shared como consultor de comunicación y branding digital tanto para grandes marcas como para pymes. A su vez, es creativo audiovisual y ha colaborado con TV3 y con el departamento de producción ejecutiva de Bastian Films. Además, es profesor en Inesdi Digital Business School.