La computación en la nube, el Internet de las cosas y el big data están transformando la industria a nivel mundial. Esta disrupción ha generado cambios tanto en los procesos de fabricación como en los servicios, aumentando la eficiencia en todos los sectores. La digitalización de la industria se basa en un creciente ecosistema de computación avanzada, análisis de datos y dispositivos de comunicación, nuevos niveles de conectividad y aplicaciones de TI a través de Internet. Esto hace que las cadenas de valor industriales sean más cortas y más integradas verticalmente que en el pasado.
A pesar de que muchos sectores reconocen este avance y lo encuentran importante, se evidencia que la adopción de estas tecnologías ha sido lenta. De acuerdo con un estudio llevado a cabo por KPMG los sectores con más inversión en digitalización son la industria de la banca, servicios financieros y seguros con un 63% y las empresas de Telecomunicaciones con un 32%.
Por otro lado, los sectores que menos inversión hacen en digitalización son los productos y servicios de alta tecnología y la industria.
Esta disparidad entre el entendimiento de la importancia de la digitalización pero a la vez falta de inversión en el sector es lo que KPMG llama la paradoja de la digitalización. En principio esto pasa porque existe una incomprensión de las ventajas reales de la adopción de estas tecnologías dentro del entorno empresarial y el entorno industrial.
A pesar de esta dicotomía, las empresas están invirtiendo, y lo hace porque están comprendiendo la importancia de optimizar procesos a través de la digitalización.
Las empresas que invierten en digitalización persiguen distintos objetivos, sin embargo, los números demuestran que la mayoría lo hace para mejorar la eficiencia en las operaciones (50%) y para incrementar la automatización del núcleo del negocio (41%). La inversión en estos dos puntos demuestra que hay dos focos prioritarios dentro de la empresa: por un lado todo lo relacionado con la operatividad y eficiencia de los procesos, se observa una alta inversión en los departamentos de finanzas, IT y análisis de datos. Y por otro lado se evidencia una pemetración media en áreas de servicio como marketing y atención al cliente.
La disrupción digital no solo ha sido significativa para los negocios a la hora de mejorar su producción, sino que en los últimos 20 años el auge de la digitalización ha permitido crear a algunos de los principales gigantes corporativos de hoy en día, como Alibaba, Amazon y Google.
Como se evidencia entonces, la digitalización ha demostrado ser un método eficiente, no solo para optimizar las operaciones de negocios sino para crear a grandes competidores que ahora forman parte vital de los mercados financieros. A pesar de que se trata de una práctica que muchos abrazan, la digitalización, por ir a un ritmo tan acelerado, se encuentra con importantes retos y barreras. Unos de los primeros problemas es la falta de estrategia y visión, que de acuerdo con el estudio que realizó KPMG representa el (35%), la limitación de los sistemas de IT (32%) que no van al mismo ritmo que avanza la digitalización, la resistencia cultural a nuevas formas de hacer negocios (30%) y en general una serie de factores que se resolverán mientras los sistemas y los negocios se vayan adaptando al ritmo al que avanza la innovación.
Mientras se superan estas dificultades hay tecnologías que por su importancia están contribuyendo al aceleramiento del proceso de digitalización, el análisis de datos, los procesos de automatización, las aplicaciones en la nube, el mobile y los sistemas integrados han generado gran porcentaje de los avances dentro de las áreas que han abrazado la ditialización.
Con retos por delante que afrontar pero muchísimas para aportar los procesos de digitalización están aquí para quedarse y para influir en la forma en la que conocemos el trabajo y la industria hoy en día. Los números así lo indican y la evolución que han tenido demuestran que no queda sino evolución digital de aquí en adelante.
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